200 años de saqueo: Bolivia entre dictaduras, falsas democracias y el nuevo botín del litio

LA PAZ / 6 de Agosto de 2025 – Bolivia celebra su Bicentenario arrastrando una pesada historia de conflictos, saqueo de recursos naturales y promesas incumplidas.
Desde 1952, cuando se inició la Revolución Nacional, hasta hoy, el país ha transitado por regímenes militares, gobiernos autoritarios, democracias frágiles y populismos desgastados.
A lo largo de siete décadas, ninguno de los gobiernos logró resolver los problemas estructurales que condenan a millones de bolivianos a vivir en pobreza, desigualdad y abandono.
Durante los años 60, 70 y 80, la nación fue tomada por tiranos de uniforme que gobernaban a punta de fusil, reprimiendo con sangre cualquier disidencia.
Luego, en nombre de la democracia, surgieron gobiernos civiles que poco hicieron por cambiar el rumbo de Bolivia, dejando intacta la dependencia del país respecto a la exportación de materias primas.
La democracia boliviana —mal llamada— fue secuestrada por élites políticas que solo se turnaron el poder para enriquecerse.
Algunos se disfrazaron de progresistas, otros de liberales, pero todos compartieron el mismo patrón: administrar el Estado como si fuera su patrimonio privado.
El resultado: miles de millones de dólares en recursos naturales saqueados, una institucionalidad debilitada y una población frustrada.
AHORA EL LITIO: EL NUEVO BOTÍN
A 200 años de vida republicana, Bolivia vuelve a estar en la mira por una nueva riqueza: el litio, mineral estratégico del siglo XXI.
En lugar de verlo como una oportunidad de industrialización, soberanía y desarrollo nacional, sectores del poder ya se disputan el control de este recurso como si fuera un botín de guerra.
En nombre de “alianzas estratégicas” o “inversión extranjera”, se negocian contratos sin transparencia, sin consulta popular y sin visión de largo plazo. La ciudadanía teme que el litio termine como el gas y el estaño: saqueado, contaminado y sin dejar desarrollo duradero.
“Estamos repitiendo la historia. Primero fue la plata, después el estaño, luego el gas. Ahora es el litio. Y otra vez nos quieren dejar solo con las migajas”, advierte el investigador social, Edgar Nina.
UN PUEBLO QUE RESISTE
Pese a la traición constante de sus gobernantes, el pueblo boliviano ha resistido. Desde las minas hasta los valles, desde el altiplano hasta el trópico, hombres y mujeres han luchado por justicia, dignidad y soberanía. Pero su voz ha sido sistemáticamente ignorada por una clase política corrupta, lejana y ciega ante las verdaderas necesidades del país.
Hoy, cuando Bolivia alcanza los 200 años de existencia, no hay motivo para el festejo si no se inicia una verdadera refundación nacional.
Una Bolivia donde el poder deje de ser negocio, donde el litio beneficie a los bolivianos, donde el campo deje de ser olvidado, y donde la democracia deje de ser una farsa.
Hagan algo por Bolivia. Antes que sea tarde.