Quién está detrás de la candidatura de Andrónico Rodríguez?

En el escenario político boliviano nada es casual. Y cuando resurgen figuras como Álvaro García Linera, exvicepresidente de Bolivia y uno de los principales ideólogos del proyecto político del MAS durante la era de Evo Morales, conviene prestar atención a los movimientos de fondo.
Fuentes cercanas al entorno político han señalado que García Linera estaría diseñando la estrategia política de Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado y líder visible de una nueva generación del masismo.
No sería el primer caso en el que Linera opera desde las sombras; su habilidad para estructurar y reconfigurar espacios de poder es ampliamente reconocida, tanto por aliados como por detractores.
La supuesta imposición de una antigua colaboradora del expresidente Evo Morales en la candidatura por Alianza Popular —una sigla que busca capitalizar la fractura interna del MAS— evidencia que no se trata de un simple relevo generacional, sino de una operación política meticulosa, orientada a preservar ciertos intereses ideológicos y estratégicos.
Detrás de la postulación de Andrónico no solo hay un intento de renovar rostros, sino también de controlar las estructuras del poder que el evismo ha ido perdiendo.
La izquierda boliviana, fragmentada en lo discursivo pero aún muy hábil en la administración territorial y simbólica del poder, parece estar moviéndose con precisión quirúrgica.
La gran pregunta que queda es: ¿cuáles son los intereses que realmente se juegan en torno a la figura de Andrónico? ¿Es solo un intento de superar la figura desgastada de Evo Morales, o una estrategia para mantener el control desde otro rostro, pero con las mismas lógicas?
En esta nueva fase de la política boliviana, la izquierda parece reinventarse sin soltar las riendas. Y como siempre, los movimientos clave se hacen lejos de los reflectores, en los cuartos de estrategia.