Bolivia se hunde: registra el peor dato inflacionario en 34 años y se dispara la escasez

Bolivia enfrenta en junio de 2025 una situación económica cada vez más lamentable y cercana al colapso económico. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) interanual para el pasado mes de mayo alcanzó el 18,46%, según datos oficiales.
Se trata del registro más alto desde 1991 y, con todo, la cifra oficial podría subestimar la realidad que enfrenta la mayoría de ciudadanos, puesto que el cálculo del IPC no recoge la evolución de los precios en los mercados informales.
El alza acumulada del IPC en lo que va del año ya supera el 9%, lo que convierte al país en uno de los más golpeados por la inflación de toda América Latina en 2025, por encima incluso de economías con historial reciente de crisis como Colombia (6,2%) o Brasil (5,1%). Todo esto, además, ahora que Argentina alcanza su menor dato de inflación en cinco años, merced a las políticas de ajuste y liberalización de Javier Milei.
El repunte de la inflación va de la mano de un absoluto colapso en el volumen de reservas internacionales del país, que han caído de 15.000 millones de dólares en 2015 a menos de 500 millones en junio de 2025, un descenso superior al 95%.
Como resultado, aunque el mercado oficial mantiene el dólar a 6,96 bolivianos (BOB), en el mercado no oficial vemos que la cotización real supera los 11 bolivianos por dólar, lo que sugiere un diferencial de casi el 60% entre el tipo de cambio que transmite el gobierno y el que realmente se da en la práctica.
De hecho, a lo largo del mes junio, el tipo de cambio paralelo ha venido marcando nuevos máximos cada semana, impulsado por la creciente angustia y desesperación de ciudadanos y empresas que no pueden acceder a divisas por canales legales.
Todo ello en medio de una crisis de escasez que afecta al suministro de combustibles y medicinas. Esto explica por qué muchos importadores han dejado de operar, ante la falta de acceso a dólares.
Las consecuencias de esta crisis monetaria ya se sienten en la vida cotidiana. En La Paz, las tiendas estatales están aplicando políticas de racionamiento y limitan la venta de aceite vegetal a 2 litros por persona al mes, mientras que los combustibles se racionan de facto.
Las estimaciones disponibles apuntan que el gobierno solo puede cubrir el 80% de la demanda interna de gasolina y diésel con las actuales reservas de dólares.