LÍDERES Y REPRESENTANTES

Qué cambiará en Bolivia tras 20 años de hegemonía del MAS

No hay sondeos confiables sobre quién puede imponerse en el balotaje del próximo domingo pero, gane quien gane, los analistas ya anticipan algunos cambios que se producirán inevitablemente tanto al interior de Bolivia como en su relación con la Argentina a partir del 8 de noviembre cuando asuma el nuevo gobierno en el país vecino.

Bolivia atraviesa su peor crisis económica en 40 años, con desabastecimiento de combustibles -marcado por filas de varios kilómetros en cada estación de servicio-, escasez de alimentos e incluso de medicinas, y un Estado endeudado y sobredimensionado con una enorme cantidad de empresas públicas deficitarias que no producen absolutamente nada.

Finalizados los tiempos de vacas gordas de comienzos de siglo cuando el auge del precio de gas -su mayor producto de exportación- sacó a millones de bolivianos de la pobreza, sin reinversiones en el sector de los hidrocarburos, la crisis hoy es de tal gravedad que todos los candidatos, ya en la primera vuelta, hablaron de recetas similares: capitalismo y achicamiento del Estado.

La votación del 17 de agosto marcó así el final de dos décadas de hegemonía absoluta en el Parlamento y en el Ejecutivo de las políticas del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), que esta vez obtuvo apenas el 3,17 % de los sufragios.

Pero el liderazgo vigente del expresidente Evo Morales (2006-2019), prófugo de la justicia, cuya propuesta de anular el voto logró un apoyo de casi el 20% del electorado, seguirá siendo una sombra amenazante sobre quien encabece el futuro gobierno, ya sea Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), o Jorge “Tuto” Quiroga, de la Alianza Libre, los dos candidatos de centro y de derecha, respectivamente, que se enfrentarán en el balotaje.

En agosto, la gran sorpresa fue el batacazo de Paz Pereira, senador y exalcalde de Tarija, un “tapado” que ninguna encuesta dio en los primeros puestos y que obtuvo el 32% de los sufragios.

Justamente muchos analistas atribuyeron su victoria a que, aunque dedicó toda su vida a la política (incluso es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora 1989-1993), a nivel nacional fue visto como un “rostro nuevo” que logró imponerse en sectores populares donde antes tenía su predominio el MAS.

Paz Pereira, de 58 años, era “lo nuevo” frente al resto de los candidatos y también ante su actual contrincante, el expresidente Quiroga (2001-2002), de 65 años, quien logró el 26 % de los votos y por tercera vez se candidatea al cargo máximo.

Otra de las claves del triunfo de Paz Pereira fue su compañero de fórmula, el expolicía Edman Lara, de 39 años, a quien todos conocen como “capitán Lara”, que en 2022 fue detenido y luego echado de la fuerza por sus denuncias de corrupción dentro de la Policía Nacional, y que hoy es un carismático influencer en las redes sociales.

Su entusiasmo con ese creciente protagonismo llegó a tal punto, que luego de las elecciones dijo que si Paz Pereira quien, vale recordarlo, encabeza su fórmula, llega finalmente a la presidencia y “traiciona o roba al pueblo”, él sería “el primero en denunciarlo” y, más aún, lo “metería preso” si llegase a incurrir en corrupción.

Para sumar polémica, el propio Evo Morales dijo semanas atrás que esta vez no convocará a anular el voto, y hablando de sí mismo en tercera persona, como suele hacerlo, afirmó: “Seguimos siendo ‘evistas’, pero vamos a votar por Lara”. Y aseguró que la mitad de los sufragios por Paz Pereira-Lara de la primera vuelta “fueron votos nuestros”.

“En caso de que sea Paz Pereira gane las elecciones, yo no me preocuparía demasiado por las declaraciones que viene haciendo su compañero de fórmula”, afirmó a LA NACION Gustavo Aliaga, excónsul boliviano en la Argentina, cuyo mandato como diputado vence en noviembre.

“Bolivia, al igual que la Argentina, es un país presidencialista. Y el vicepresidente solo tiene como tarea encabezar la Asamblea Legislativa. Por supuesto que Lara cuenta con un sólido liderazgo que va a querer aprovechar, pero mientras sea solo vicepresidente, no puede ir mucho más allá”, aseguró.

También el compañero de Quiroga, Juan Pablo Velasco, un emprendedor tecnológico de 38 años de Santa Cruz de la Sierra, llegó con polémicas afirmaciones en su haber, por unas publicaciones racistas de 2012 en sus redes sociales -que luego eliminó- contra la población del Altiplano. “Hay que matar a todos los coyas”, escribió, reavivando la disputa entre el oriente y el occidente del país.

Aunque este es el panorama político, la crisis económica boliviana es hoy de tal magnitud, que los planes de ambos partidos tienen mucho en común. De ahí que las predicciones de los analistas son muy coincidentes sobre qué se puede esperar del próximo gobierno.

“Incluso Paz Pereira que militó en la Juventud Socialista, y cuyo padre expresidente pertenecía a la Izquierda Revolucionaria, ahora propone un ‘capitalismo para todos’”, explicó a LA NACION el analista político Jorge Dulón.

En esa frase de “capitalismo para todos”, lo de “capitalismo” se traduce en su plan para cerrar empresas estatales deficitarias, eliminar las barreras de importación a productos que Bolivia no fabrique, y la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles que se comen casi 3000 millones de dólares al año. En los hechos eso significará que se disparará el precio de la nafta que hoy cuesta alrededor de 25 centavos de dólar, y el “sinceramiento” del precio del combustible generará inevitablemente inflación.

Avanzando con su propuesta de “capitalismo para todos”, lo de “para todos” pareciera estar referido a la creación de líneas de préstamos en condiciones favorables, bonos compensatorios para estudiantes y ancianos y una distribución equitativa de los ingresos entre el Estado central y las regiones.

“De todas maneras, el programa de Paz Pereira es mucho más gradual que el de Quiroga. Si asume el candidato de Alianza Libre va a haber un cambio radical del actual modelo económico y de Estado. Es una propuesta más cercana a la de Javier Milei”, explicó Dulón.

El plan de shock de Quiroga incluye un programa de “salvataje financiero” a través de la ayuda de organismos internacionales para cerrar el déficit de las cuentas fiscales, y un recorte de los gastos del Estado pero manteniendo los programas sociales. En sus propias palabras, la idea es “parar la gastadera de dinero, frenar la inflación y traer dólares”.

RELACIONES CON LA ARGENTINA Y LA REGIÓN

Bolivia es hoy también un “tema caliente” para el gobierno de Javier Milei.

“Yo creo que uno de los asuntos que le va a plantear el presidente Donald Trump a Milei cuando se reúnan la semana entrante en Washington es la cuestión de la droga que entra desde Bolivia”, aseguró a LA NACION Aliaga, excónsul en la Argentina.

“Colombia produce hoy 500 toneladas de cocaína, Perú 380 toneladas y Bolivia 300 toneladas. Y la ministra Patricia Bullrich dijo que desde Bolivia entra a la Argentina el equivalente a 1300 millones de dólares en droga.

Por eso, creo que el presidente Trump, que está poniendo el eje de su gobierno en la lucha contra el narco y la inmigración ilegal, va a ser muy firme en reclamarle acciones a Milei. Y la Argentina va a tener muchas más posibilidades de mejorar la colaboración antinarcóticos con el gobierno de Quiroga o Paz Pereira que con la gestión actual del MAS”, agregó Aliaga.

El excónsul consideró también que con la llegada al gobierno de cualquiera de los dos candidatos, Bolivia redefinirá todos los vínculos internacionales que se consolidaron en las alianzas estratégicas del MAS con Venezuela, Nicaragua, Cuba, Irán, Rusia, China y Corea del Norte.

Por último, Dulón arriesgó un pronóstico de cómo se puede repartir el voto entre Quiroga y Paz Pereira en este balotaje. “Aunque históricamente Bolivia se dividió entre el Oriente y el Altiplano, creo que más que las zonas geográficas, ahora la diferencia está entre el voto urbano, que es el 70 % del electorado, y el rural, un 30 %.

En el voto urbano el apoyo está más repartido entre Quiroga y Paz Pereira, pero en el ámbito rural hay un apoyo amplio a Paz Pereira. Por eso no está tan claro cuál de los dos podrá finalmente imponerse en estos comicios”.

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