Bolivia entre dos viejos rostros de la política y una profunda crisis económica
Cochabamba, 18 de octubre de 2025. — Este domingo 19 de octubre, Bolivia acudirá nuevamente a las urnas en un balotaje decisivo que enfrentará a dos viejos conocidos de la política nacional: Jorge “Tuto” Quiroga y Rodrigo Paz Pereira.
Ambos representan a la vieja guardia política del país, cuestionada por amplios sectores sociales que los califican de “dinosaurios” o “vividores” de la política, tras más de tres décadas de actividad pública y escasos resultados en beneficio de la población.
La elección se desarrolla en medio de una profunda crisis económica, energética y social, donde la falta de dólares, el encarecimiento de los alimentos, la escasez de combustibles y el desempleo marcan el día a día de los bolivianos.
A ello se suma una creciente desconfianza ciudadana hacia la clase política, percibida como alejada de la realidad y sin propuestas serias para resolver los problemas estructurales del país.
Ambos candidatos llegan al balotaje con cuentas pendientes ante la justicia. Quiroga enfrenta denuncias relacionadas con contratos petroleros y manejos irregulares durante su gestión, mientras que Paz arrastra observaciones y presuntos actos de corrupción y favorecimiento en su paso por la Alcaldía de Tarija. Estas sombras judiciales profundizan la sensación de desencanto entre los votantes.
Analistas coinciden en que, más allá del resultado electoral, Bolivia atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente, con instituciones debilitadas, un modelo económico agotado y una sociedad polarizada.
La ausencia de políticas claras para incentivar la producción, recuperar la confianza en la moneda nacional y garantizar el abastecimiento energético coloca al país al borde de una nueva etapa de inestabilidad.
Mientras tanto, la población observa con escepticismo un proceso democrático que debería abrir esperanzas, pero que, en lugar de ello, revive el pasado y proyecta incertidumbre sobre el futuro.
“El pueblo boliviano no necesita discursos ni promesas recicladas, sino soluciones concretas y un rumbo claro que saque al país de la crisis,” advierten economistas y sectores sociales que temen que, gane quien gane, Bolivia siga atrapada entre la vieja política y los viejos errores.
