Arturo Murillo ya se encuentra en Bolivia con el rótulo de “aprehendido” y enmanillado
Procedente de Miami, Estados Unidos, y en condición de deportado, el exministro de Gobierno y hombre fuerte de la administración de Jeanine Áñez, Arturo Murillo, arribó al aeropuerto de Viru Viru, Santa Cruz, este jueves pasado las 04.00. Lo hizo en el vuelo 767 de la aerolínea Boliviana de Aviación (BoA).
De acuerdo a la aplicación Flight Aware, el vuelo BOV767 / OB767 que transportó a Murillo partió a las 21:42 de Miami y aterrizó en suelo boliviano a las 04.02 de hoy. Este arribó 18 minutos antes de lo previsto.
Murillo fue detenido dentro de la aeronave por personal policial. Entretanto agentes de la Interpol y Migración procedieron a verificar su identidad y condición legal. Tras ello, fue trasladado a una celda de custodia donde aguardará otro vuelo comercial de BoA, previsto para las 06.55, que lo trasladará hasta la ciudad de La Paz.
El exministro de Gobierno portaba un chaleco negro con el rótulo de “aprehendido” y se encontraba enmanillado.
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, y la viceministra de Seguridad Ciudadana, Carola Arraya, fueron los encargados
e recibirlo.Antes, en contacto con los medios de comunicación, el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, confirmó que Murillo partió de Estados Unidos luego de las 22.00 de ayer sin custodio y con otra persona deportada con antecedentes de violencia familiar.
“Arribará al aeropuerto de El Alto al promediar las 08.00. Allí se establecerá, dependiendo de las circunstancias, si se lo traslada a un centro de privación de libertad o de lo contrario se lo traslada a la Fiscalípa, precisó Aguilera, en contacto con Bolivia TV.
Ayer, la ministra de Justicia, Jessica Saravia, informó que sobre Murillo pesan investigaciones y sentencias por los casos: “Gases Ecuador”, cuya pena es de cinco años y cuatro meses y “Gases lacrimógenos”, con una condena de ocho años.
Murillo también es investigado por su participación en el caso “Masacre de Senkata” y cuenta con acusaciones por lavado de dinero.
“Estamos esperando que el señor venga a cumplir las sentencias”, remarcó Saravia.
