La Paz, 3 de junio de 2025 — Bolivia vive una de las semanas más críticas del año en medio de una agudización de los conflictos sociales y una crisis política que amenaza con paralizar al país. Diversos sectores afines al expresidente Evo Morales han iniciado medidas de presión que incluyen bloqueos, marchas y movilizaciones en distintos puntos del territorio nacional.
Organizaciones sociales vinculadas al ala radical del Movimiento al Socialismo (MAS) exigen la renuncia de autoridades del Ejecutivo actual y acusan al Gobierno de traición al “proceso de cambio”. Las manifestaciones han generado tensión en varias ciudades, con enfrentamientos esporádicos, suspensión de actividades escolares y dificultades en el transporte y el abastecimiento de productos.
La situación se produce en un contexto de marcada incertidumbre económica. Bolivia enfrenta una escasez de combustibles, incremento en el costo de vida y una reducción en las reservas internacionales, lo que ha encendido las alarmas entre analistas y empresarios. En medio de esta situación, amplios sectores de la población expresan su preocupación por la falta de soluciones claras por parte del Gobierno.
En tanto, el Ejecutivo ha llamado al diálogo y ha acusado a los sectores movilizados de promover un intento de desestabilización política. “Hay intereses que buscan sembrar el caos y alterar el orden democrático”, declaró un vocero oficial.
Mientras no se logre un acuerdo entre las partes, la incertidumbre continúa marcando el pulso del país, con el riesgo latente de una mayor escalada de tensiones en los próximos días.
