Bolivia enfrenta una crisis múltiple mientras crece la tensión social y política

La Paz, 15 de abril de 2025 — Bolivia atraviesa uno de los momentos más complejos de los últimos años, con una combinación de crisis económica, política, social y judicial que amenaza con profundizarse en el marco de un año preelectoral altamente polarizado.
En el plano económico, el país enfrenta una aguda escasez de dólares, reservas internacionales en mínimos históricos y un creciente déficit fiscal. Esta situación ha generado distorsiones en el mercado cambiario y ha impactado directamente en las importaciones, provocando escasez de combustible e insumos básicos.
A ello se suma una profunda crisis política. El Movimiento al Socialismo (MAS), partido en el poder, está fracturado por la pugna entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, quien ya anunció su intención de postular nuevamente en 2025. Esta división debilita la capacidad del oficialismo para gestionar la crisis y genera incertidumbre en el escenario electoral.
En el frente social, diversos sectores —como transportistas, médicos, maestros y gremiales— se han movilizado en las últimas semanas exigiendo soluciones urgentes. Las protestas se intensifican ante la falta de respuestas claras del Gobierno.
Además, la situación del sistema judicial ha sido duramente cuestionada. La prórroga de altos magistrados sin elección ha generado rechazo en amplios sectores de la sociedad civil y ha sido observada por organismos internacionales que advierten sobre un deterioro institucional.
Analistas advierten que, de no tomarse medidas urgentes, Bolivia podría ingresar en una etapa de alta conflictividad social con consecuencias impredecibles para la estabilidad del país.
¿Te gustaría que la adapte para un medio específico o que le agregue declaraciones de autoridades o expertos?
Bolivia enfrenta una crisis múltiple mientras crece la tensión social y política
La Paz, 15 de abril de 2025 — Bolivia atraviesa uno de los momentos más complejos de los últimos años, con una combinación de crisis económica, política, social y judicial que amenaza con profundizarse en el marco de un año preelectoral altamente polarizado.
En el plano económico, el país enfrenta una aguda escasez de dólares, reservas internacionales en mínimos históricos y un creciente déficit fiscal. Esta situación ha generado distorsiones en el mercado cambiario y ha impactado directamente en las importaciones, provocando escasez de combustible e insumos básicos.
A ello se suma una profunda crisis política. El Movimiento al Socialismo (MAS), partido en el poder, está fracturado por la pugna entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, quien ya anunció su intención de postular nuevamente en 2025. Esta división debilita la capacidad del oficialismo para gestionar la crisis y genera incertidumbre en el escenario electoral.
En el frente social, diversos sectores —como transportistas, médicos, maestros y gremiales— se han movilizado en las últimas semanas exigiendo soluciones urgentes. Las protestas se intensifican ante la falta de respuestas claras del Gobierno.
Además, la situación del sistema judicial ha sido duramente cuestionada. La prórroga de altos magistrados sin elección ha generado rechazo en amplios sectores de la sociedad civil y ha sido observada por organismos internacionales que advierten sobre un deterioro institucional.
Analistas advierten que, de no tomarse medidas urgentes, Bolivia podría ingresar en una etapa de alta conflictividad social con consecuencias impredecibles para la estabilidad del país.
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