Bolivia enfrenta una de las campañas electorales más sucias y polarizadas de su historia

La Paz, Bolivia, 4 de julio de 2025.- Bolivia atraviesa una de las campañas electorales más sucias y polarizadas de los últimos tiempos, marcada por graves acusaciones personales, guerra sucia en redes sociales y una preocupante desinformación generalizada.
En lugar de un debate serio sobre propuestas de gobierno, la campaña se ha convertido en un campo de batalla de denuncias, escándalos y ataques cruzados entre candidatos.
Diversos sectores sociales, especialmente en el área rural, expresan su desconcierto y frustración ante una campaña que parece alejarse de las verdaderas necesidades del país.
Más del 70% de la población, según estimaciones de analistas políticos, desconoce los programas y planes de gobierno de los postulantes a la presidencia.
Este vacío informativo se agudiza en las zonas rurales, donde la desconexión con el debate político y la falta de acceso a información veraz limita la participación ciudadana crítica e informada.
“La campaña se ha desvirtuado completamente. No se habla de cómo resolver la crisis económica, la escasez de combustible, la falta de empleo o la situación de los agricultores. Todo gira en torno a peleas mediáticas y difamaciones”, denunció Rosario Mamani, representante de una organización campesina del altiplano.
Redes sociales como Facebook, TikTok y X (antes Twitter) se han convertido en los principales escenarios de confrontación política.
En lugar de difundir propuestas serias, muchos candidatos y sus entornos han optado por utilizar estos espacios para desprestigiar a sus oponentes, viralizar noticias falsas y manipular la opinión pública con encuestas dudosas.
La ciudadanía exige un cambio urgente en el tono del debate político. Organizaciones civiles, plataformas juveniles y algunos sectores académicos han hecho un llamado a todos los candidatos a centrarse en propuestas reales que respondan a las verdaderas urgencias del país.
En medio de este escenario de incertidumbre y desinformación, Bolivia se encamina hacia una elección crucial que definirá no solo a su próximo presidente, sino también el rumbo económico, institucional y social de los próximos años.