BOLIVIA: Nuevas caras, viejas rivalidades: las próximas elecciones presidenciales bolivianas

Tras una disputa política entre el expresidente Evo Morales y el actual presidente Luis Arce, y una serie de desafíos económicos, el país se prepara para decidir su futuro político. La derecha también está dividida tras no lograr un acuerdo mínimo.
El 19 de abril, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia registró 11 partidos y cinco alianzas electorales que participarán en las elecciones presidenciales del 17 de agosto de 2025. Esto no garantiza 16 candidatos, pero sí la participación de estos partidos y alianzas en la campaña electoral.
Se espera que se formen más alianzas y colaboraciones en torno a figuras políticas que aspiran a la presidencia en el Palacio Quemado. La lista final de candidatos presidenciales se anunciará el 19 de mayo.
UNA IZQUIERDA DIVIDIDA
Desde hace varios meses, el Movimiento Al Socialismo – Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), partido político hegemónico ganador de elecciones en Bolivia desde 2006, sufrió una importante fractura interna luego de que surgieran tensiones por el control del partido político y la política económica entre el expresidente y sindicalista Evo Morales (2006-2019) y el actual presidente, Luis Arce.
LUIS ARCE ( MAS )
Se especula que Arce, quien logró mantener el MAS bajo su control tras un fallo judicial, será candidato a las elecciones presidenciales, aunque la situación económica del país (que sufre escasez de combustible y dólares) ha minado su popularidad.
Arce enfrentó un intento de golpe de Estado en 2024 , pero logró neutralizarlo gracias a una masiva movilización popular y al respaldo de la comunidad internacional.
EVO MORALES ( EP )
Evo Morales ha expresado su deseo de volver a presentarse a las elecciones con un nuevo partido político llamado Evo Pueblo, aunque la Corte Constitucional anunció que no es posible que quien haya gobernado dos mandatos consecutivos o discontinuos se postule a la presidencia.
En un mensaje en X, Morales declaró : «Transmitimos a nuestra militancia tranquilidad y certeza. Tenemos un cupo garantizado para participar en las elecciones presidenciales del 17 de agosto. Por razones de seguridad y para evitar persecución, sabotaje y presiones del gobierno, no anunciaremos el partido con el que iremos a las elecciones».
Se presume que su movimiento político participará en futuras elecciones presidenciales. Morales renunció a la presidencia tras un golpe de Estado en 2019 y tuvo que exiliarse en México y luego en Argentina.
Actualmente reside en Bolivia y ha sido uno de los opositores más fervientes de Arce, quien fue su excompañero de partido y secretario de Economía.
ANDRÓNICO RODRIGUES ( MAS )
Otro exaliado de Morales ha comenzado a aparecer como posible candidato presidencial: Andrónico Rodríguez, de 36 años, presidente del Senado y vicepresidente de la Federación Boliviana de Cocaleros, de la cual Morales es presidente.
Sin embargo, Rodríguez no asistió a una reunión en la que los cocaleros buscaban definir un candidato único a la presidencia de la República.
En cambio, el joven senador viajó a España y se reunió con líderes de la socialdemocracia española y del partido Podemos.
Rodríguez ha demostrado ser una figura más moderada que Morales, aunque si pretende convertirse en presidente, deberá contar con el apoyo del voto duro de la izquierda boliviana, por lo que su estrategia ha sido mantener una distancia amistosa con Morales.
LA DERECHA TAMBIÉN ESTÁ DIVIDIDA
Tras intentar lanzar una candidatura conjunta en diciembre de 2024, la derecha también se ha dividido. Ante una izquierda dividida, esta es una de las mejores oportunidades que ha tenido la derecha en casi 20 años de gobiernos del MAS, y habían intentado forjar una gran alianza de derecha.
Sin embargo, al final del proyecto de unidad, la derecha boliviana volvió a demostrar sus profundas contradicciones y tensiones históricas.
Por ahora se conocen tres bloques de partidos que participarán en los comicios (aunque todo podría cambiar en los próximos meses).
SAMUEL DORIA ( ONU )
El candidato que más ha atraído la atención es Samuel Doria, del Frente de Unidad Nacional. Es un empresario multimillonario y exsecretario de Planificación y Coordinación (1991-1993) del gobierno de Jaime Paz Zamora.
Doria se autodefine como socialdemócrata, por lo que muchos lo ven como un candidato que podría atraer a ciertos votantes de centroizquierda que históricamente han votado por el MAS.
Doria ha sido candidato presidencial en tres ocasiones (2005, 2009 y 2014) y fue el candidato a la vicepresidencia de Jeanine Áñez en 2020, quien usurpó la presidencia de Bolivia tras el golpe de Estado de Evo Morales en 2019. Finalmente, la fórmula Áñez-Doria se descartó para apoyar al favorito, Carlos Mesa.
JORGE QUIROGA ( FRENTE LIBRE )
Por otro lado, el bloque “Libre” ha expresado su intención de nominar al expresidente Jorge Quiroga (2001-2002). Quiroga es ingeniero y ha estado vinculado a sectores del conservadurismo boliviano. Ha prometido que, de ganar las elecciones, “privatizará todo”. También fue funcionario del gobierno de Paz Zamora como subsecretario de Inversión Pública y Cooperación Internacional y secretario de Hacienda. Fue vicepresidente de Hugo Banzer en 1997, siendo el vicepresidente más joven en la historia de Bolivia.
Banzer y Quiroga tuvieron una disputa pública que condujo a la escisión del partido político que los llevó a la presidencia, Acción Nacionalista Democrática. Quiroga demostró su predilección por el neoliberalismo y el uso de la fuerza pública para reprimir a los opositores del gobierno.
Después de esto, fue candidato presidencial en 2005, 2019 y 2020, perdiendo en las tres ocasiones contra el MAS. Quiroga jugó un papel clave en el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019.
MANFRED REYES ( BLOQUE SÚMATE )
Por otra parte, el bloque “Súmate” ha propuesto como candidato al empresario y exmilitar Manfred Reyes, actual alcalde de Cochabamba. Reyes ha sido uno de los principales opositores a la creación de una candidatura conjunta de la derecha boliviana. Ha prometido que, de ganar la presidencia, eliminará los subsidios estatales a la gasolina, aunque controlará su precio para que no se dispare excesivamente. En su larga trayectoria política, destaca su gestión como alcalde de Cochabamba (1993-2000) y candidato presidencial en 2002 y 2009. En 2020, se refugió en Estados Unidos tras una acusación en su contra. Regresó a Bolivia durante el gobierno golpista de Áñez.
En general, la derecha parece apostar por figuras políticas veteranas que parecen tener cierta confianza en un electorado cada vez más desencantado. Esto no solo revela la crisis política de la derecha boliviana, que parece incapaz de impulsar nuevos políticos al escenario electoral, sino también su incapacidad para alcanzar acuerdos mínimos. Estas divisiones podrían convertirse en importantes desafíos para un gobierno neoliberal en el país andino, que cuenta con uno de los movimientos sociales (indígenas y campesinos) más activos de toda la región. Movimientos que se han fortalecido aún más tras casi 20 años de gobiernos del MAS.