Crisis económica y energética golpea a la población mientras la clase política se obsesiona con el poder

Bolivia, 1 de julio de 2025.- En un contexto de aguda crisis económica y energética, Bolivia atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años.
Mientras la población enfrenta el encarecimiento desmedido de los productos de primera necesidad, escasez de combustible y una economía paralizada, los líderes políticos del país se enfrascan en una desesperada carrera por ocupar el poder, dejando de lado las urgentes demandas del pueblo.
La ciudadanía observa con preocupación cómo se difunden encuestas políticas sin transparencia ni verificación, muchas de ellas catalogadas como falsas o manipuladas.
Estas encuestas, lejos de generar confianza, han encendido las alarmas sobre el origen de los fondos que las financian, especialmente en un país donde se advierte una severa crisis de liquidez y falta de dólares.
Mientras tanto, las campañas políticas se desarrollan con recursos millonarios, sin que exista claridad sobre su financiamiento, en medio de una realidad donde miles de familias luchan cada día para llevar alimento a sus mesas. Organizaciones sociales y sectores populares denuncian el abandono por parte de las autoridades nacionales, departamentales y municipales, quienes, según afirman, están más interesados en las pugnas electorales que en resolver la inflación, el desempleo y la escasez energética.
En los barrios, en las ferias y en las comunidades rurales, la población exige soluciones concretas y urgentes.
“Los políticos solo se pelean por el poder, no les importa el hambre de la gente”, expresó una vecina de El Alto durante una reciente protesta.
Esta percepción se repite en distintos puntos del país, donde se ha vuelto cotidiano ver colas para conseguir gasolina, precios descontrolados en productos básicos y una creciente frustración social.
El llamado de múltiples sectores es claro: que se frene la guerra sucia política y se priorice la atención a las verdaderas necesidades del pueblo boliviano.
Bolivia necesita soluciones reales, no más discursos ni encuestas prefabricadas. La historia juzgará a quienes, en tiempos de crisis, prefirieron el poder antes que al pueblo.