El bloque de oposición se cae a pedazos: la “unidad” se fractura y surgen disputas internas

La tan anunciada unidad del bloque opositor parece haberse convertido en un espejismo. Lo que hasta hace poco se presentaba como una alternativa sólida frente al oficialismo, hoy se ve envuelto en disputas internas, acusaciones cruzadas y una evidente falta de rumbo compartido.
En los últimos días, las tensiones han escalado entre los principales actores de la oposición. Dirigentes que hace apenas semanas compartían mesas de diálogo y conferencias de prensa, ahora se lanzan dardos a través de los medios y redes sociales.
Las diferencias ideológicas, los intereses personales y las pugnas por el liderazgo han terminado por quebrar lo que algunos denominaban una «alianza estratégica».
Uno de los puntos de mayor conflicto ha sido la conformación de listas y candidaturas de cara a los comicios venideros.
Las negociaciones han estado marcadas por desconfianza, vetos cruzados y acusaciones de pactos bajo la mesa. A esto se suma el desgaste de figuras políticas que, lejos de renovar el discurso, insisten en viejas fórmulas que ya no conectan con el electorado.
Fuentes cercanas a algunos partidos revelan que varios sectores están evaluando romper definitivamente con el bloque y presentarse de forma independiente, lo que abriría un escenario de mayor fragmentación en el tablero político opositor.
Mientras tanto, la ciudadanía observa con escepticismo cómo la promesa de una alternativa fuerte al oficialismo se diluye entre peleas internas, egos desbordados y discursos vacíos. La llamada «juntucha», como la han bautizado algunos críticos en redes, parece no encontrar ni pegamento ni propósito.
¿Es este el principio del fin para la oposición tradicional? ¿Surgirá una nueva fuerza capaz de aglutinar el descontento popular? Por ahora, lo único claro es que la unidad está rota… y el reloj electoral no se detiene.