ELECCIONES: Bolivia va a las urnas en medio de crisis y desconfianza política

La Paz, 17 de agosto (especial).- Este domingo 17 de agosto, Bolivia vivirá unas elecciones generales decisivas en medio de una profunda crisis económica, energética y ambiental, marcada además por la desconfianza ciudadana hacia la clase política y la incertidumbre sobre el futuro inmediato del país.
Más de 7,9 millones de ciudadanos en territorio nacional y alrededor de 369 mil bolivianos en el exterior están habilitados para votar y elegir presidente, vicepresidente, senadores y diputados.
De no lograrse una mayoría absoluta —más del 50 % de los votos o el 40 % con 10 puntos de diferencia—, una segunda vuelta está prevista para el 19 de octubre.
El proceso electoral llega en un contexto complejo: inflación elevada, escasez de combustibles, colapso de las exportaciones de gas y un déficit fiscal cercano al 10 %. A ello se suma una crisis política interna sin precedentes en el Movimiento al Socialismo (MAS), fracturado entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, quien fue inhabilitado pero aún influye en la agenda nacional.
Pese a que en la papeleta figuran varios candidatos —entre ellos Samuel Doria Medina, Jorge “Tuto” Quiroga, Manfred Reyes Villa y Andrónico Rodríguez—, la población se muestra desencantada: alrededor de un 35 % de los electores aún no define su voto, según distintos sondeos.
Analistas sostienen que la indecisión refleja el vacío de propuestas claras y la escasa credibilidad de los partidos, que no han presentado programas sólidos para enfrentar la crisis multidimensional que golpea al país.
Además, la campaña estuvo marcada por la desinformación en redes sociales, con audios falsos, imágenes manipuladas con inteligencia artificial y mensajes dirigidos a generar confusión. Este escenario llevó a que más de 3.500 observadores de 19 organismos nacionales e internacionales acompañen el proceso, en un intento por garantizar transparencia.
En la antesala de los comicios, el panorama es incierto. El pueblo boliviano, golpeado por la recesión, la escasez y los conflictos ambientales, no vislumbra un liderazgo capaz de sacar adelante al país. Las urnas serán, una vez más, el reflejo de la polarización y el desencanto.