Marcha de los sectores populares revela el colapso del modelo económico y político en Bolivia

Cochabamba, 16 de junio de 2025 – Bolivia vive momentos de creciente tensión social. Cientos de ciudadanos pertenecientes a sectores populares salieron este lunes a las calles en diferentes puntos del país, protagonizando marchas y bloqueos en rechazo a la actual política económica del Gobierno, que –según denuncian– ha provocado hambre, desabastecimiento y desesperanza en la población.
La crisis de abastecimiento, el alza de precios y la falta de respuestas del Gobierno impulsan masivas movilizaciones ciudadanas.
Los manifestantes afirman que “ya no hay pan, carne ni arroz en la mesa de las familias humildes”, y reclaman medidas urgentes para frenar el alza constante de precios y resolver la escasez de productos básicos.
Las protestas se extendieron desde los barrios periféricos hasta las principales ciudades, en un grito colectivo por soluciones concretas y efectivas.
“Nos están matando de hambre. El salario ya no alcanza, los mercados están vacíos, el gas escasea y el Gobierno sólo responde con discursos”, denunció una madre de familia en medio de la marcha en Cochabamba.
La crisis económica se ha profundizado en los últimos meses, marcada por una disminución de las reservas internacionales, escasez de dólares, caída en la producción de hidrocarburos, y una inflación que golpea con más fuerza a los sectores más vulnerables.
A esto se suma una profunda crisis política, caracterizada por divisiones internas en el oficialismo, falta de gobernabilidad y una creciente desconfianza en las instituciones.
Economistas advierten que el modelo económico basado en el control estatal y la subvención está mostrando signos de agotamiento.
“La falta de inversión, el estancamiento productivo y el uso político de la economía han llevado al país al borde de un colapso social”, señaló el analista Hugo Miranda.
Desde el Ejecutivo, hasta el momento, no se han anunciado medidas contundentes para mitigar la crisis.
Las autoridades han minimizado las protestas, atribuyéndolas a supuestos intereses desestabilizadores, pero la presión popular crece cada día.
Mientras tanto, los sectores movilizados anuncian nuevas marchas y bloqueos si no se atienden sus demandas. Bolivia se encuentra ante un escenario incierto, donde el hambre, la frustración y la falta de diálogo amenazan con desencadenar una crisis aún más profunda.