OPINIÓN Y ANÁLISIS

Mariana Prado: millonaria del socialismo, defiende a Evo Morales, dice que lucharon contra la pobreza

Cochabamba, Bolivia — Mariana Prado, exministra de Planificación del Desarrollo durante el gobierno de Evo Morales, vuelve a la escena política con un discurso socialista y de defensa de las empresas públicas, esta vez como candidata a la Vicepresidencia en binomio con Andrónico Rodríguez.

Prado, conocida por su vida acomodada y vinculaciones con círculos empresariales, intenta posicionarse como una luchadora contra la pobreza y defensora de las políticas del Movimiento al Socialismo (MAS), el mismo partido que hoy se encuentra profundamente cuestionado por casos de corrupción, abuso de poder y una supuesta cooptación del Estado en beneficio de una élite política y económica.

Durante su paso por el Ministerio de Planificación (2017-2019), Prado no fue precisamente reconocida por políticas estructurales para combatir la desigualdad.

Su gestión quedó marcada por la continuidad de un modelo económico extractivista y centralista, donde las empresas estatales no solo se convirtieron en botines políticos, sino que su supuesta rentabilidad fue muchas veces maquillada con cifras cuestionables y sin auditorías públicas confiables.

Mientras ella habla hoy de “luchar contra la pobreza”, el país enfrenta una crisis económica alarmante, con reservas internacionales en mínimos históricos, fuga de capitales, déficit fiscal crónico y paralización de inversiones estratégicas. ¿Qué hizo Prado para frenar esta tendencia durante su gestión? Nada significativo. Más bien, su discurso actual parece un intento desesperado por reciclarse en un escenario político que busca nuevas figuras, pero no acepta el cinismo de quienes fueron parte del mismo modelo que ahora critican.

El binomio Andrónico-Prado representa más de lo mismo: una fachada juvenil y mediática que intenta lavar la imagen de un MAS desgastado, fragmentado y cada vez más alejado de los verdaderos problemas del pueblo boliviano. Ambos candidatos repiten eslóganes de “soberanía” y “defensa del Estado”, pero nada dicen sobre los escándalos de corrupción, los proyectos fallidos como la Planta de Urea, la sobreinversión sin retorno en empresas públicas o la falta de políticas claras para el litio, el gas y los alimentos.

Hoy, Mariana Prado se presenta como la “nueva cara” de un proyecto agotado, cuando en realidad forma parte del mismo engranaje político que contribuyó al deterioro institucional y económico del país. ¿Puede una millonaria que fue ministra de Evo Morales encarnar el cambio y la justicia social? Esa es la gran contradicción que el electorado boliviano no debería pasar por alto.

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