Prohibido enfermarse en Bolivia: medicamentos escasos, caros y contrabandeados

Redacción Central.- La crisis económica que atraviesa Bolivia ha golpeado con fuerza al sistema de salud, afectando directamente el acceso a medicamentos. En medio de una situación desesperante, el contrabando de fármacos ha crecido de manera alarmante, convirtiéndose en un lucrativo negocio que pone en riesgo la salud de millones de bolivianos.
Actualmente, gran parte de los medicamentos que circulan en el país ingresan de manera irregular desde países vecinos como Perú, Argentina y Brasil.
Muchos de ellos carecen de control sanitario, están vencidos, adulterados o se comercializan sin garantía de calidad ni respaldo profesional.
Aun así, llegan a los estantes de ferias, mercados informales e incluso algunas farmacias, muchas de las cuales se abastecen por canales no autorizados.
La escasez de fármacos básicos en hospitales públicos y centros de salud obliga a los ciudadanos a recurrir al mercado privado, donde los precios se han disparado en más de un 100% en algunos casos.
Medicamentos esenciales para enfermedades como hipertensión, diabetes, infecciones respiratorias, cáncer o epilepsia se han vuelto inalcanzables para miles de familias.
“En Bolivia está prohibido enfermarse, porque no hay medicamentos y los pocos que se encuentran son carísimos. Es inhumano”, denuncian pacientes y médicos.
La situación se agrava en regiones alejadas y comunidades rurales, donde el acceso a medicamentos es casi nulo.
Además, las farmacias se han convertido en un negocio altamente rentable, ante la falta de regulación efectiva del Estado. Los márgenes de ganancia son altos, y en muchos casos se prioriza la venta sobre el acompañamiento médico, aumentando los riesgos de automedicación.
La falta de control del contrabando, la ausencia de una política nacional de medicamentos y la fragilidad del sistema de salud ponen en riesgo el derecho a la vida y la salud de millones de bolivianos.
Organizaciones de profesionales de la salud, asociaciones de pacientes y ciudadanos exigen al gobierno tomar acciones inmediatas: controlar las fronteras, sancionar el contrabando farmacéutico, y garantizar el abastecimiento seguro y a precio justo de los medicamentos esenciales.
En una Bolivia en crisis, donde todo escasea, incluso la esperanza, la salud no puede seguir siendo un lujo.